Muchos e
interesantes pensamientos en forma de frases nos ha dejado el presidente del
Gobierno en esa ya estudiada entrevista, concedida a seis periódicos
nacionales. Seis privilegiados periodistas han tenido la oportunidad de ver de
cerca al líder de los populares, a este presidente de ‘plasma’ que ha tenido la
gentileza de acercarse al pueblo, ese que le ha votado a través de seis
plumillas elegidos. Y lo que cuenta Rajoy no tiene desperdicio, tan poco
desperdicio que podríamos hacer una serie de artículos explicativos por cada
uno de los puntos por los que se le pide una visión, su visión, la idea de este
gobierno sobre los asuntos que más preocupan a los españoles.
Rajoy, gallego y
optimista, se caracteriza por responder con preguntas y por negar lo evidente.
Dice que: “Yo no creo que después de la crisis y cuando la recuperación empiece
a consolidarse de una manera clara vayamos a una España o a una Europa más
desigual. Creo que hay que hacer un esfuerzo en algo que es decisivo para
evitar esa desigualdad, que es la educación”.
En esta
entrevista concedida al diario El País y que nosotros hemos leído con fruición
por si nos daba algún atisbo de esperanza, no hemos podido sacar grandes
conclusiones nada más que a pesar de pensar que la educación es la única que
logra igualar las desigualdades, este Gobierno piensa más en la enseñanza
privada o concertada que en lo público, con esas subvenciones que son un canto
a la desigualdad. El que no tenga dinero, que se aguante. Pero ya lo hemos
dicho aquí por activa y por pasiva, con metáforas y claramente…
Cuando un
gobierno utiliza la palabra ‘externalizar’ para no utilizar ‘privatizar’, está
haciendo un claro ejercicio de búsqueda de nueva terminología que les ayude a
camuflar o maquillar la verdad verdadera.
“La educación
acaba convirtiéndose en igualdad de oportunidades”, continúa diciendo. Y hasta
ahí estamos de acuerdo. Hemos hablado tanto de la educación y de la sanidad, de
la Ley de Dependencia, de los servicios públicos, que ya casi a punto de que
finalice este 2013 no tenemos ni fuerzas para seguir aporreando el teclado para
seguir escribiendo sobre cierres, recortes o privatizaciones.
Pero después, y
seguimos leyendo, nuestro Mariano dice: “Y después, para aquellas personas a
las que les vaya mal o que tengan más dificultades en la vida, siempre habrá
unos servicios públicos que les atenderán. Esos servicios públicos son los
pilares del Estado del bienestar y creo que debemos preservarlo porque solo en
Europa hay un Estado del bienestar como el que tenemos aquí”.
Otra vez de
acuerdo con este párrafo tan bien montado. Casi nos lo creemos si no fuese
porque desgraciadamente este Gobierno que usted dirige y que aquí tiene una
especial capitana, que cumple a rajatabla sus órdenes, ha incumplido todos y
cada uno de los puntos de su programa. ¿Puede incumplirse un programa electoral
y que no ocurra nada? ¿Es posible que el ciudadano no pueda salir a la calle a
manifestarse porque lo van a prohibir con esa ley denominada Mordaza, después
de que tanto criticaran a esa famosa Ley de patada en la puerta de un gobierno
socialista? ¿Es posible aprobar una Ley del Aborto que traslada a la mujer a la
época en que las más pudientes iban a Londres un fin de semana a ídem? Sabemos
que no puede desmenuzarse en un texto de pocas líneas toda una política de
privatización, búsqueda del bien para los míos, que no para todos, y la
persecución de aquellos cuya ideología no sea la misma que la mía.
Lo peor de todo
es que aún hay dirigentes europeos que dan palmadas en la espalda de este
Gobierno animándoles a seguir por la senda del recorte, es decir, por la senda
del desempleo, es decir por la senda de la pobreza, es decir por la senda de la
desaparición de la clase media, que en este país había logrado conservarse y
mantenerse en un justo medio. Ahora ni justos, ni medios. Los pudientes lo son
porque tienen posibles, porque pueden permitirse vivir mejor que bien; los más
pobres, Mariano, casi somos todos, el resto. Tenemos más gente pasando calamidades,
casi como en los de la posguerra. Y para rizar el rizo se nos mueren
‘presuntamente’ por comer alimentos caducados. Ya lo dijo uno de sus ministros
más simpáticos de su Gobierno que él comía yoghourts caducados sin problema y
que se duchaba con agua fría. Ya dijo otro de sus ministros que sólo tiraba la
toalla cuando salía de la ducha. De duchas hablamos, y pensar en ambas imágenes
tirando la toalla para ponerse el pijama ya es una imagen que no roza
precisamente el sueño de nadie cuerdo.
No queremos
terminar este artículo donde hablamos un poco de todo y de nada, recordándole a
nuestro presidente que ante una pregunta de un periodista, respondió como buen
gallego que parecía que iba a llover. Y tanto que va a llover… Solo que diría
como buenos cinéfilos que somos que imitando el título de una película de Ken
Loach, que en 2014 seguirán ‘Lloviendo piedras’.
A nuestros
lectores y amigos les deseamos buenos momentos en 2014, alegría para todos, paz
y algo o mucho de solidaridad, esa que algunos quieren privatizar.