Hace tan sólo una semana que escuché a la presidenta del PP vasco en
el programa de Ana Pastor “El Objetivo” de la Sexta. Una entrevista larga en la
que no esquivó en ningún momento las incisivas preguntas de la periodista, me
sirvió para pensar en esta mujer como una persona preponderante dentro del PP.
¿Se han dado cuenta algunos de ustedes que desde esa entrevista, ha sido
Arancha Quiroga y nadie más la persona encargada de hablar en público incluso
de Cataluña? ¿Dónde está la presidenta Cospedal? ¿Dónde otros hombres y mujeres
del PP? La última vez que tuvimos el privilegio de escucharla fue en el Debate
del Estado de la región en CLM.
Tal vez se me haya escapado alguna declaración en
estos días y si es así pido disculpas por no estar excesivamente informada. Eso
seguro. Pero aunque no sea una entendida en política veo, sin embargo, en la
imagen e inteligencia de Quiroga una propuesta de cambio dentro del PP. ¿Por
qué? Porque hacen falta algunos cambios dentro del Gobierno, pero también un
cambio en la forma de comunicar; también las crisis. Y la forma de comunicar
cualquier crisis es siempre dando la cara.
Sin ser una visionaria del futuro, aunque me encantaría ver cómo
estaremos en 2014 en mi bola de cristal, tuve ese presentimiento. La señora
Quiroga supo estar a la altura de las preguntas contestando siempre con
tranquilidad y naturalidad, mirando de frente y respondiendo sin titubear. Cuando
hablamos de comunicación política, debemos fijarnos no sólo en el mensaje, sino
en los gestos que lo acompañan. Y la presidenta del PP vasco, o es una persona
que controla a la perfección el lenguaje gestual, o de forma natural está ayudando
a crear un lenguaje nuevo dentro del PP; tal vez más abierto y natural, sincero
y no en diferido. Ella ha sido capaz en unos días de hacerse presente en los
medios de comunicación y de ser preguntada allí donde acude sobre todas las
cuestiones que preocupan a los españoles; dando opiniones sobre su propio partido.
Vamos a ver qué pasa y si mi apuesta tiene razón de ser.
Mª Dolores Cospedal sigue estando presente en el partido y sigue
siendo, de momento, unas de las manos esenciales del presidente del Gobierno y
de su partido, pero, o bien han pensado los asesores de comunicación en dejarle
descansar porque su imagen se estaba quemando, o de repente han encontrado una
nueva esperanza, una nueva vía de acceso al ciudadano.
Quiero que entiendan, amigos, que este análisis está hecho siempre
desde el punto de vista de la comunicación política, que desde luego no es
fácil, pero no olviden esta propuesta por si pudiera ser que tuviera algo de
razón.
Sigamos hablando de política, porque a pesar de la desafección que
sienten muchos ciudadanos, otros sabemos que es esencial para el desarrollo del
modelo democrático que poseemos. Me gustaría hacer alusión a la encuesta que
A3Media hizo pública en su telediario de las tres de la tarde el domingo 15 de
septiembre. El panorama actual cambiaría en parte la situación actual del
Congreso de los Diputados, bajando el número de diputados del PP, subiendo en
siete el número de diputados del PSOE y triplicando el número de representantes
de UPyD. Además, y como siempre las valoraciones de los líderes, donde en
primer lugar se encuentra Rosa Díez, después Mariano Rajoy, y en tercer lugar,
Alfredo Pérez Rubalcaba. Aún así ninguno de ellos roza el cuatro.
Ahora sólo queda agitar un poco más la coctelera y esperar unos meses
para conocer los candidatos de cada partido que se presentarán a las elecciones
europeas, y otro poco más para ver cómo quedan representados los partidos en el
Parlamento Europeo. De esta lectura europea surgirán nuevas lecturas para
intentar ganar las elecciones en 2015. Ganará aquel partido que logre plasmar
en un programa electoral las preocupaciones de los españoles acompañadas de
posibles soluciones. Y el ensayo general serán las elecciones europeas. Ahora,
somos más listos y estamos más preparados, aunque muchos de nosotros nos
encontremos con situaciones complejas fruto de los recortes que se han ido
llevando a cabo desde 2011 y hayamos perdido las ganas. Los ciudadanos que se
vean mejor tratados y considerados recuperarán la ilusión e irán a votar,
porque sólo a través del voto puede uno lograr el cambio que desee.
No quiero dejar pasar
la oportunidad de comentar la aparición de un nuevo partido en CLM (existe a
nivel nacional) que bajo el paraguas de aglutinar los votos de aquellos que no
lo tengan claro, quieren hacer del voto en blanco una bandera, del vacío claro.
Escaños en Blanco desea que “los escaños que correspondan al Voto en Blanco
quedarán vacíos a lo largo de toda la legislatura”, según expresan en su web.
Me van a permitir que
opine abiertamente sobre el particular. Todos tenemos derecho a expresar
opiniones en libertad, pero no creo que la solución en democracia sea perseguir
el voto en blanco para convertirlo en un escaño vacío. Un lugar mudo desde el
cual nadie pregunta, nadie contesta, nadie vote o presente proyectos. Yo sigo
creyendo que en algo pueden cambiarse las cosas. Así quiero verlo. Disculpen si
me ven ustedes como una persona inocente que aún cree que a través de la
política y de sus gestores pueden conseguirse cambios extraordinarios. ¿Más
transparencia? Por supuesto. ¿Mejor comunicación? Desde luego. Pero para
cambiar la política, es el ciudadano el que tiene la llave para transformar la
mente de algunos políticos y advertirles de aquello que no les (nos) gusta. Lo que deberíamos promover
todos es una mayor relación con nuestros políticos para hacerles saber qué nos
preocupa cada día. Hoy más que nunca y que antes.
Para terminar, me
gustaría transcribir una frase del último libro de Alfonso Guerra “Una página
difícil de arrancar”, y que me parece interesante situar en este punto. Con
motivo de una entrevista que mantuvo con Gorvachov y que le produjo gran
tristeza por cómo se le estaba tratando en su país, escribió: “El único
consuelo ante tan manifiesta injusticia es pensar que el mundo es de los
triunfadores, sí; la vida, de los perdedores”. Sólo a través de nuestro voto
pueden cambiar las cosas. El mundo y la vida han de ser de todos, no de unos
pocos.