…Y te cae el agua de lleno, sin paraguas


…Y te cae el agua de lleno, sin paraguas      


Las cosas no son nunca tan bonitas como en esas películas que nos hacen soñar con una realidad mejor, menos gris, más linda. La vida transcurre, hace parada y fonda, danza al son del teclado de un ordenador, se mueve con el toque táctil de un I-Phone, ese que no me puedo permitir y que tampoco necesito porque hay otras necesidades prioritarias.

El frío me hace sentir viva. Lo mismo que cuando Olivia me mira desde la cuna pidiéndome su muñeca para dormir. ¿Con qué o quién sueñan los niños?¿Ven el rostro de un ángel que vela sus sueños?¿Quién es el ángel que la guarda en su sueño?¿Por qué la ópera me hace llorar si casi no la entiendo?¿Por qué creo aún en que hay gente que merece la pena ser conocida y a la que se puede querer? Estoy triste como cuando llora el cielo y te cae el agua de lleno, sin paraguas. No puedo mirar al cielo en ese instante porque la lluvia cae y se me moja el pelo, haciéndome parecer un perro que vagabundea bajo la tormenta protegiendo a su cría del mal tiempo.